Futbol
Gerardo Galindo
Columna de Gerardo Galindo Gerardo Galindo

El 'nuevo' tercer jersey de Pumas

Ciudad de México

Ahí donde sea que lean esta columna imaginen que alguien se acerca con ustedes y les dice que pueden viajar en el tiempo. ¿Cómo ven, se avientan?

A mi me invitaron. Y acepté.

Hace una semana fui de vuelta al 2001. Mientras las canchas de futbol rápido de Ingeniería en CU se inundaban de goyas, en un transporte íbamos Cristian Ramírez, Manuel de la Torre, Esdras Rangel y “Gonzo” Gonzáles. Nuestras playeras nuevas, con nombre y número habitual, ya nos esperaban en el vestidor.

Ese día se presentó el tercer uniforme de Pumas, un jersey rediseñado por Nike que recuerda aquella equipación de 2001, mitad azul y mitad dorado, con el escudo puma en todo su esplendor. De pronto, junto a Mozo, Charly González, Johan Vázquez, “Cobra” Mendoza, Saucedo y el “Lobo” Iniestra, el equipo de exfutbolistas escuchamos el himno y levantamos el puño de nuevo.

Pero más allá de lo vivido esa tarde, (gol y asistencia “del gane” de su servidor en una cascarita especial) lo importante es el fondo de una presentación así. Muchos dicen que “lo viejo” vuelve como una moda, pero no estoy de acuerdo. Más bien me gusta pensar que en ocasiones es bueno buscar en la memoria del pasado ese impulso que necesita el presente para seguir rugiendo con fuerza.

Pensando en esa búsqueda, recordé que 2001 fue un año difícil para mi. Mi carrera aún no se consolidaba, regresaba de una operación de rodilla, tenía meses sin jugar y la banca era el lugar donde más minutos tenía. Con la salida y llegada de un nuevo director técnico las ganas no bastan, era necesario trabajar para ganar la confianza.

Fue entonces que de la mano de Hugo Sánchez inicié un partido contra Necaxa en el Estadio Azteca. Recuerdo que el día previo en la concentración “El Brody” Jorge Campos se me acercó con su clásica sonrisa sarcástica y me dijo: “¿cómo estás para mañana?” Y haciéndome el valiente le contesto: “tranquilo”. Él me responde: “pues yo que tú estaría muy nervioso por que si no juegas bien Hugo te va a correr”. Después de ese partido me quedé con la titularidad y no la dejé ir, por eso no olvido el 2001.

Al paso del tiempo y hoy como entrenador y formador de jóvenes en Pumas, encontré esa anécdota que me recuerda que cuando hay actitud y trabajo duro los colores azul y oro nunca nos abandonan y nos impulsan a ser más. Después de 19 años fue muy emotivo que el Club actual jugara con el tercer diseño, pero fue más emocionante ver cómo esta generación lo lleva en la piel, en la sangre y en el corazón, y escribirá seguramente una gran historia.

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