Columna de Raquel Pérez de León

Las cinco razones para incluir chía en tu dieta

Recuerdo cuando la chía se puso de moda y todos andábamos tomando agua con chía. Bueno, pues déjame contarte que no estábamos mal.

La chía es originaria de América Central. Junto con el maíz y el amaranto, fue base de la alimentación de las culturas mesoamericanas. Sin embargo, recientemente ha crecido su popularidad debido a sus propiedades nutrimentales. Estas son las razones por las que debes incluirla en tu alimentación:

  1. Fuente de ácidos grasos esenciales. La chía es una fuente vegetal de ácidos grasos omega-3 por lo que, si eres vegano, es una excelente opción para obtener este tipo de grasas, mismas que ayudan a la salud del corazón, así como a la función cerebral.
  2. Alta en fibra. Ayuda a prevenir y tratar el estreñimiento, gracias a la cantidad de fibra que aporta. La chía absorbe agua y forma una especie de gel, que arrastra los excesos de colesterol y glucosa, por lo que puede favorecer los niveles saludables y, además, se expande en el estómago y nos mantiene satisfechos por más tiempo.
  3. Ayuda a conservar la juventud. Destaca por su alto contenido de antioxidantes. ¿Esto qué quiere decir? Que ayuda a disminuir la acción de los radicales libres, mismos que se relacionan con enfermedades crónicas y degenerativas, así como con el envejecimiento celular. Si atacamos a esos radicales libres, podemos mantenernos más sanos y jóvenes.
  4. Contiene proteínas de alta calidad. Contiene todos los aminoácidos esenciales, es decir, los que nuestro cuerpo no puede producir y necesita obtener de la alimentación. Junto con la quinoa y la soya, es de los pocos alimentos vegetales que pueden considerarse proteínas de alta calidad.
  5. Más rica en calcio que la leche. Es una de las fuentes vegetales más importantes de este mineral, importante para formar y mantener la estructura de nuestros huesos y dientes.

¿Cómo incluirla en la dieta?

  • La porción recomendada es de dos cucharadas soperas, lo equivalente a 30 gramos.
  • Lo ideal es que si vas a consumirla con agua, la dejes hidratar al menos 15 minutos antes de ingerirla.
  • Puedes preparar pudines con fruta, leche de almendra y chía o agregarla de forma espolvoreada a tus ensaladas, fruta, yogurt o avena.
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