Comer antes de correr: ¿sí o no?

Se ha puesto de moda el famoso “ayuno intermitente”, así como el entrenar sin nada de alimento en el estómago. ¿Qué tal bueno o malo es? Estos son los principales puntos a debatir:

1. Puedes perder masa muscular. Nuestra principal gasolina para el ejercicio son los hidratos de carbono, que se almacenan en los músculos e hígado en forma de glucógeno. Sin embargo, estas reservas se agotan rápidamente y, si es el caso, el cuerpo recurre a las proteínas del músculo para obtener energía. Es decir, si tu carrera es larga y no desayunaste nada, sí puedes perder músculo y más cuando recurres a esta práctica de manera cotidiana. Pero si vas a trotar 30-40 minutos a un ritmo tranquilo, tus reservas de glucógeno te alcanzarán y no tendrás ningún riesgo.

2. No lograrás un buen rendimiento. Imagina que tienes un coche último modelo, con las mejores llantas y un motor súper potente. Sí, un gran carro pero, si no tiene gasolina no podrá correr. Lo mismo pasa con nuestro cuerpo. Sea cual sea tu objetivo: ganar más fuerza, correr más rápido, etc., será más fácil de lograr si cuentas con la energía suficiente. Tú mismo haz la prueba y lo comprobarás.

3. No bajarás más rápido de peso. Se ha visto que el entrenar en ayunas puede ayudar a tu cuerpo a quemar grasa pero a largo plazo, es decir, se vuelve más eficiente para este proceso. Pero ten en cuenta que si corres en ayunas, tendrás que hacerlo por menos tiempo y a una menor intensidad. Te servirá mucho más un entrenamiento más largo en el que puedas quemar más calorías.

En conclusión, no es recomendable correr en ayunas, al menos que vayas a hacer una carrera muy suave y de máximo 30-40 minutos. Si quieres mejorar tu rendimiento e incluso bajar de peso, lo mejor es consumir un ligero snack antes de entrenar y que sea rico en hidratos de carbono.